Ciencia

Los nuevos molinos sin aspas, a punto de entrar en producción

Más silenciosos, económicos, duraderos y con un menor impacto en el entorno natural, los aerogeneradores diseñados por Vortex Bladeless dan un nuevo impulso a la energía eólica de proximidad

El desarrollo de las energías renovables debe seguir avanzando a buen ritmo si queremos cumplir con el objetivo de reducción de emisiones fijado por el gobierno con la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP 2050)

Este plan debe contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 90% para el año 2050 con respecto a 1990 (el 10% restante será absorbido por los sumideros de carbono). Y para conseguirlo, el documento fija la necesidad de alcanzar un escenario basado en un consumo final de energía plenamente renovable a mediados de siglo. Un ambicioso objetivo que tiene un punto de apoyo fundamental: el desarrollo de la tecnología.

No se trata de una tecnología sustitutiva, sino complementaria a la de los actuales generadores: mucho más versátil, sostenible y económica.

Pero como vienen alertando las organizaciones conservacionistas, el desarrollo de las renovables no puede llevarse a cabo sin otras limitaciones que su máximo aprovechamiento, pues de ese modo corremos el serio peligro de convertir nuestros paisajes en un gigantesco polígono energético.

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Otra eólica es posible

En el caso de la energía eólica los estudios de impacto ambiental indican que los principales efectos negativos de los parques eólicos en la biodiversidad (especialmente sobre las aves y los murciélagos) son las colisiones con las aspas en movimiento. Para mitigar ese efecto, una start-up española está desarrollando, con la ayuda de fondos europeos, un nuevo aerogenerador a punto de entrar en producción cuya principal y sorprendente característica es que… ¡no tiene aspas!

Los aerogeneradores de Vortex semejan ligeras columnas oscilantes, desnudas, sin palas ni rotores de cualquier tipo, lo que reduce enormemente el riesgo de impacto de las aves y el resto de animales voladores. Su cilindro exterior es rígido y está realizado con resina reforzada con fibra de carbono o de vidrio, lo que lo hace muy ligero y no requiere una amplia base de cemento para el sustento de la estructura.

Este original dispositivo captura la energía del viento cuando entra en resonancia debido a un efecto aerodinámico denominado desprendimiento de vórtices. De ese modo, en lugar de aprovechar la rotación de las palas del molino, en este caso el cilindro oscila transformando la energía mecánica en electricidad mediante un alternador.

Como explican desde la empresa “en la mecánica de fluidos, cuando el viento pasa a través de un cuerpo romo, el flujo se modifica y genera un patrón cíclico de vórtices. Una vez que la frecuencia de estas fuerzas está lo suficientemente cerca de la frecuencia estructural del cuerpo, el cuerpo comienza a oscilar y entra en resonancia con el viento. Esto también se conoce en inglés como Vortex Induced Vibration (VIV)«

Un cúmulo de ventajas

Evidentemente, al carecer del amplio radio de acción generado por las palas, este dispositivo obtiene un rendimiento micho menor al de los aerogeneradores convencionales, por lo que no se puede comparar a ellos. Sin embargo esta desventaja queda compensada por el hecho de que pueden instalarse muchos más cilindros eólicos que molinos de aspas en la misma superficie. Además, aunque conviene insistir en que la potencia instalada es incomparable, la gran aportación de estos ingenios renovables es que gracias a su menor tamaño, su ligereza y su reducido impacto ambiental, sonoro y paisajístico, pueden ubicarse en entornos urbanos y rurales mucho más próximos que los grandes parques eólicos, favoreciendo el avance hacia autoconsumo y la generación distribuida.

Las turbinas eólicas convencionales dejan de funcionar a determinadas velocidades de viento, por lo que son incompatibles con los entornos de alta intensidad de las rachas, así como los que están sometidos a rápidos y constantes cambios de dirección. En cambio los aerogeneradores sin palas de Vortex se adaptan rápidamente a los cambios de dirección e intensidad del viento gracias a la versatilidad del efecto VIV.

Una de las opciones más interesantes que aporta este proyecto es un modelo de mini-aerogenerador que, con apenas 85 cm de altura, puede instalarse en el ámbito doméstico, en granjas o en el entorno de pequeñas naves industriales, dirigido al autoconsumo, pudiendo atender demandas de baja o media potencia que podrían ofrecer una solución energética integral en combinación con pequeñas instalaciones fotovoltaicas.

Todo ello, unido a sus bajos costes de producción, instalación y mantenimiento, lo convierten en una magnífica propuesta para avanzar hacia un modelo energético 100% renovable y mucho más eficiente, sostenible y compatible con la protección de la naturaleza.

Vortex Bladeless trabaja en estrecha colaboración con la organización conservacionista SEO/Birdlife, desde donde apoyan esta tecnología propuesta porque «permitirá reducir drásticamente la mortalidad de las aves por colisión con las palas de los aerogeneradores y al mismo tiempo reducir otros impactos ambientales como la generación de ruido, que a su vez conlleva la posibilidad de acercar la instalación de aerogeneradores a los puntos de consumo».

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