
Estas criaturas viven a 1.000 metros de profundidad y atraen a sus presas agitando una protuberancia bioluminiscente ante sus temibles fauces a modo de señuelo. Se ignora cómo el ejemplar muerto llegó a la superficie.
RT en Español
Estas criaturas viven a 1.000 metros de profundidad y atraen a sus presas agitando una protuberancia bioluminiscente ante sus temibles fauces a modo de señuelo. Se ignora cómo el ejemplar muerto llegó a la superficie.