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La Colombia que deja Iván Duque: desafíos, fracasos y logros

El Gobierno del presidente Iván Duque está en su recta final. Faltan pocos meses para que Duque, quien llegó al cargo más importante del país a pesar de su poca experiencia en cargos públicos, deje el cargo y Colombia entre a una nueva era

CNN

El Gobierno del presidente Iván Duque está en su recta final. Faltan pocos meses para que Duque, quien llegó al cargo más importante del país a pesar de su poca experiencia en cargos públicos, deje el cargo y Colombia entre a una nueva era. CNN consultó a analistas para esbozar cómo llega el país a un nuevo mandato con retos importantes como la implementación del posconflicto, combatir la violencia que está en auge y sacar al país de la crisis social y económica.

Duque (Bogotá, 1976) dejará su cargo el 7 de agosto. Tras cuatro años en la Presidencia de Colombia, Duque deja un país con graves hechos de violencia, el fenómeno no resuelto del asesinatos de líderes sociales y un enorme descontento social que se evidenció durante años de protestas contra su Gobierno, aunque con algunas políticas que pueden darle un respiro al final del mandato: el manejo de la pandemia y el estatuto de la protección de los migrantes.

«El país está en una situación absolutamente dramática debido a los problemas de seguridad que existen, tanto en lo que tiene que ver con el conflicto armado como en lo que tiene que ver con la seguridad en las ciudades», le dijo a CNN en Español el analista político Camilo Prieto, profesor asociado del Departamento de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, sobre la presidencia de Duque, entre 2018 y 2022.

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Según Prieto, «no hay absolutamente ninguna reforma, ninguna política que uno pueda destacar en este tiempo» en el Gobierno de Duque.

Prieto señala, entre otros problemas, el incumplimiento del acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC, el surgimiento de grupos armados en zonas rurales, el asesinato de líderes sociales, además de las crisis sociales acentuadas por la pandemia de coronavirus.

El posconflicto durante el Gobierno de Iván Duque

Una de las situaciones más desafiantes que deja Duque es una Colombia marcada por la violencia. Entre 2019 y 2022, criminales asesinaron a 835 líderes sociales, según cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), así como cientos de excombatientes de la desmovilizada guerrilla de las FARC.

«No se implementó el acuerdo de paz de manera integral y eso está permitiendo el resurgimiento de violencia de una forma grave, sobre todo recomposición de grupos armados y un resurgimiento del narcotráfico», dijo a CNN Camilo González Posso, director de Indepaz, una organización no lucrativa que investiga los hechos de violencia en el país.

Si bien Duque ha dicho que defiende «la paz con legalidad», lo que ha resultado en estos cuatro años es lo que analistas califican como un incumplimiento de los acuerdos que, según González Posso, ha hecho que se repitan formas de violencia como las de antes de los acuerdos.

«En ese sentido es como el peor balance del Gobierno que ha ofrecido una simulación para vender una imagen a nivel internacional de que respeta la paz, pero al mismo tiempo la sustitución de la paz por una política de seguridad para una nueva guerra», dice González Posso.

Según un informe de Human Rights Watch de 2021, muchos de quienes se sometieron a la voluntad de paz están a merced de la violencia y los mecanismos de protección del Ejecutivo presentan “graves deficiencias”.

«Este Gobierno escogió cumplir el acuerdo con las FARC a medias», dijo Prieto. «Eso implicó que un enorme número de personas que en principio estuvieron dispuestas a desmovilizarse, guerrilleros de las FARC, volvieran a las filas de lo que ahora son las disidencias, a las filas de grupos que antiguamente combatían, como por ejemplo grupos paramilitares de bandas criminales organizadas».

«Sin duda alguna, estos grupos, tanto de disidencias (de las FARC) como bandas criminales han seguido reclutando personas», agrega Prieto. «El asesinato de líderes sociales no para, siguen las masacres, sigue la presencia de estos grupos en una cantidad de lugares donde supuestamente el Estado tenía que hacer presencia y no lo hizo».

Las crisis sociales

Una crisis social estalló en 2019 con la fallida reforma tributaria que hizo salir a millones de personas a las calles varias ciudades del país. Si bien la administración de Duque la retiró, esta fue una oportunidad para que se ampliaran las manifestaciones por motivos más subyacentes, en un país que no solo estaba sitiado por la violencia, sino por la desigualdad social.

«Es la expresión mayor de rechazo a lo que fueron las políticas sociales y medias antidemocráticas, al manejo de este gobierno de la situación de orden público y la respuesta policial a como si fuera situación de guerra a las protestas», dijo González Posso.

Según el analista, la respuesta que se le ha dado a la crisis social ha sido de inequidad y de «favorecer a los sectores más poderosos» diciendo que esta puede ser la respuesta a la crisis.

«Pero lo que hemos tenido es un escenario de desigualdad y de pobreza extrema, de informalidad, digna desesperación», asegura.

Y si bien el Gobierno ha dicho que la pandemia acentuó los problemas sociales, Prieto dice que sin pandemia tampoco hubiera habido un mejoramiento sustancial de la situación social.

«La política económica de Duque nunca estuvo enfocada a ello», dijo Prieto. «Desde un inicio Duque no tuvo una política de generación de empleo. Duque no tuvo una política de formalización del empleo informal porque no tuvo una política de desarrollo productivo que hiciera que se generaran más empleo en los sectores manufacturero, medio o servicios».

Durante su Gobierno, la inflación pasó del 3,23% en septiembre de 2018 —la primera medición de su gestión— al 9,23% en abril de 2022, según datos del Banco de la República. Y el precio del dólar pasó de 2.898 a 3.967 pesos al 28 de abril. El dólar alcanzó su punto máximo en marzo de 2020, llegando a los 4.153 pesos, según datos históricos del banco central.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) reportó que la tasa de pobreza aumentó del 36% en 2019 al 42,5% en 2020. Para 2021 la cifra fue de 39,3%. Y un estudio del DANE de 2020 reportó que el número de familias colombianas que comen menos de tres veces al día se triplicó desde el inicio de la pandemia.

El profesor de Sociología e Historia José Alejandro Cifuentes indica que la situación económica que enfrenta Colombia es sombría y está enredada con su historia de guerra civil y desigualdad.

«Estamos en una situación muy grave frente al acceso a la educación superior, al empleo, y nos enfrentamos a una situación de alto empleo informal que es el único espacio que les queda a estos jóvenes», dijo Cifuentes en relación con los jóvenes colombianos que salieron a las calles a expresar sus frustraciones y preocupaciones.

Acciones militares y capturas

La violencia en el país no solo se ha dado a mano de los grupos armados ilegales. Durante el mandato de Duque se han denunciado varias veces ataques del Ejército a civiles, que el Gobierno ha justificado diciendo que son blancos legítimos porque esconden «terroristas».

Uno de esos escándalos le costó el puesto a su primer ministro de Defensa, Guillermo Botero, en noviembre de 2019, cuando se denunció que ocho menores murieron en un bombardeo del Ejército contra organizaciones criminales en Caquetá, en el occidente del país.

En dos ocasiones congresistas debatieron la moción de censura del ministro de Defensa saliente, Diego Molano: primero en mayo de 2021 tras las las denuncias de abusos de miembros de la Fuerza Pública en las protestas (y luego del bombardeo a un campamento de disidentes guerrilleros en el que murieron niños en marzo de ese año), y luego en mayo por un operativo militar en Putumayo en el que murieron civiles, incluyendo un menor de edad. Ninguna de las mociones prosperó.

También durante la administración de Duque se destapó otro escándalo relacionado con presuntas órdenes del comandantes del Ejército, general Nicasio Martínez, a altos oficiales para que, según The New York Times, los batallones duplicaran «la cantidad de criminales y rebeldes que matan, capturan u obligan a rendirse en batalla».

Martínez fue destituido de su cargo. En ese momento Martínez dijo estar «presto a contribuir con transparencia y con la tranquilidad de haber obrado siempre en el marco de la ley”.

El general sostuvo en ese momento que no existe ninguna investigación en su contra por este ni otros casos en ninguna instancia judicial y manifestó que las órdenes que se han dado son para mejorar «los resultados operativos».

González Posso dice que el Gobierno de Duque implementó una doctrina de seguridad en la que trata «los problemas sociales y los problemas políticos y la inconformidad» con una estrategia de guerra interna.

«Es como volver al pasado, como si la futura nueva normalidad fuera en realidad un regreso a las viejas expresiones. Entonces de la crisis social muy profunda», dice González Posso sobre el conjunto de las crisis en el país, que incluyen el narcotráfico.

En octubre de 2021, Duque se alzó con un duro golpe al narcotráfico con la captura del líder del Clan del Golfo, una peligrosa organización criminal, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel. El mandatario comparó su captura con la caída del capo de las drogas Pablo Escobar. Luego, en mayo, Otoniel fue extraditado a EE.UU., lo que muchos criticaron por llevarse la verdad en detrimento de la víctimas.

Pero la extradición de Otoniel solo generó más violencia y días después el Clan del Golfo hizo un paro armado en al menos 10 de los 32 departamentos del país. En esa misma semana, el fiscal contra el narcotráfico de Paraguay Marcelo Pecci fue asesinado a tiros en una playa privada en Cartagena.

Desfavorabilidad

Duque es, hasta este momento, el presidente con el puntaje más alto de desfavorabilidad desde hace casi 30 años, según la encuesta país de Invamer que mide la favorabilidad de los presidentes desde 1994.

La desaprobación más alta de Duque ha llegado al 76% en abril y mayo de 2021. Para marzo, la aprobación de Duque llegaba a un 23% y su desaprobación era del 73% en esa encuesta.

Y además, a pesar de haber sido elegido por el expresidente Uribe como candidato y representante de su partido político, su Gobierno se ha alejado de la rama más conservadora del uribismo, dejándolo en un difícil escenario político, donde parece estar gobernando solo.

«Duque se hace elegir con el uribismo, pero gobernó con sus amigos», indica el analista político Rafael Nieto Loaiza. «Y abandonó la posibilidad de gobernar con el uribismo. Y eso es parte del resentimiento de la base uribista, incluso con el (ex)presidente Uribe».

Las luces del Gobierno de Duque

En su mandato Duque tuvo que enfrentarse a dos situaciones particulares que, según la opinión de analistas, sacó avante y pueden ser reconocidas en medio de tanta crisis de gobernabilidad.

Uno de estos fue la crisis del covid-19. Su mandato se vio atravesado por una pandemia única en un siglo que obligó al país a cerrar durante meses, y en contra de lo que sus críticos vaticinaban, el Ejecutivo cumplió con sus medidas para controlar el covid-19 y tener vacunados a millones.

«Había mucho escepticismo. Se decía que (el plan de vacunación) iba a ser un fracaso, que habían negociado mal con los laboratorios», dijo Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario.

«Pero se terminó cumpliendo las metas que el Gobierno se me había propuesto con el Plan Nacional de Vacunación, e hizo que Colombia de manera muy rápida tuviera indicadores de inmunización por encima del promedio en América Latina», agregó.

Según Our World in Data, hasta el 18 de mayo Colombia tenía poco más del 69% de personas completamente vacunadas, y cerca del 13% de personas parcialmente vacunadas. El promedio de vacunación de los países de Sudamérica es de 74,5% de personas totalmente vacunadas, y 9,6% de personas parcialmente vacunadas.

Y por otra parte, según Prieto, está el estatuto de protección a migrantes venezolanos, en medio de una de las peores crisis humanitarias de la actualidad que llevó a casi un millón de venezolanos a huir de su país.

«Es la única política que yo creo que hace una diferencia, ha sido una política excelente, ha sido una política modelo para todo el mundo, no solamente para América Latina, sino para el mundo».

«Y ese estatuto de la protección de los migrantes, le ha abierto una cantidad de posibilidades a los migrantes venezolanos», agrega.

Por lo demás, señala Prieto, «es imposible registrar una sola política que uno diga: ‘esto transformó algo'» en Colombia durante la presidencia de Duque.

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